Tecnología conveniente
Nuestro país es privilegiado por la diversidad de su biogeografía y sus ecosistemas que permiten una amplia y variada riqueza de recursos vegetales, con paisajes muy contrastantes que van desde montañas, sierras, quebradas, valles, selvas, ríos, humedales, extensas planicies, desiertos, médanos y el mar.
Teniendo en cuenta el uso que los pueblos les dan a las plantas, es decir etnobotánico, se reconocen en este suelo especies aromáticas, ornamentales, tintóreas, forestales, productoras de néctar y polen, comestibles, forrajeras, alimenticias y medicinales, por tal motivo, la incorporación de tratamientos fitosanitarios, es decir, procesos de curación sustentados en el uso de plantas medicinales, drogas vegetales y medicamentos fitoterápicos, que complementen la ingesta de drogas sintéticas, deberá formar parte de las prácticas médicas en el marco de un Plan de Salud Comunitario Preventivo (PSCP).
Los productos naturales vegetales vienen siendo relegados por los de la farmacología de síntesis de la química orgánica. El Plan de Salud Comunitario Preventivo (PSCP), que proyecta MLN, tenderá a una revaloración y resignificación de los saberes populares en torno a los productos naturales, los que a través de siglos de empleo han demostrado su eficacia e inocuidad bajo consumo equilibrado, y cuyo examen y aplicación ya no se fundan solamente en un conocimiento empírico sino en la rigurosidad del método científico y en la aplicación de todos los procedimientos actuales experimentales e instrumentales altamente especializados. Se promoverán tratamientos etiológicos, es decir, procesos de curación a través del estudio de la causa que origina la enfermedad y tratamientos sintomáticos, mediante el estudio de síntomas vinculados con el entorno. Argentina cuenta con un conjunto normativo que reglamenta el uso de las plantas medicinales a través de disposiciones de ANMAT y el MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN, principalmente orientado a regular la importación, elaboración, fraccionamiento, depósito, comercialización y publicidad de las preparaciones de drogas vegetales y los medicamentos fitoterápicos que garantizan seguridad y eficacia a estos productos. No obstante, debe ser un objetivo la planificación política de la adecuada producción e incorporación en el proceso industrial estatal, la regulación de la investigación y el desarrollo de bienes sustentados en plantas medicinales y drogas o preparados vegetales, y la incorporación de este tipo de productos en la normativa nacional de medicamentos Ley 16.463 y en la Ley 17.565 de Ejercicio de la actividad farmacéutica.
Cabe aclarar que la producción pública de medicamentos agroecológicos y autóctonos que promovemos mediante la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos y sus más de cuarenta laboratorios asociados, se basa en la reactivación en función de la elaboración de principios activos naturales vinculados, la cual apuntará a quince grandes grupos de medicamentos de curación de afecciones. Ellos son: antiinflamatorios, analgésicos, antipiréticos, antibióticos, antimicóticos, antiparasitarios, antiparkinsonianos, antivirales, dérmicos, ginecológicos, hormonales, anticonceptivos y aquellos que afecten al aparato circulatorio, respiratorio y digestivo. De esta forma, presentaremos un proyecto legislativo y ejecutivo de financiamiento productivo de plantas medicinales -nativas y naturalizadas- orientado a complementar los tratamientos médicos tradicionales, mediante la ingesta o utilización de fitomedicamentos. Se incluirá a la fitomedicina en la legislación nacional de regulación de prácticas médicas y farmacológicas a fin de incorporarlos en el vademécum de comercialización. Situación que generará un cambio cultural paulatino en el arte de curar y en la formación de médicos profesionales, siendo que hoy se encuentran conducidas por el interés privado en la ganancia de laboratorios y grupos económicos que convierten la medicina en un negocio- y creará una visión comunitaria, holística e integral, que incluya no solo la utilización de conocimientos científicos tradicionales y la prescripción de medicamentos sintéticos sino también la resignificación de la sabiduría y los conocimientos ancestrales basados en la curación y medicina preventiva a base de alimentación y fitoterapia para reestablecer el equilibrio del cuerpo.
El Plan Nuclear Argentino, bajo la dirección de la Comisión Nacional de Energía Atómica, creada el 31 de mayo de 1950, por decreto Nº 10.936, suscripto por Juan Domingo Perón, se constituye como un instrumento estratégico para el desarrollo científico-tecnológico nacional, puesto que fortalece las capacidades productivas de la Argentina para el dominio de tecnologías vinculadas a la generación de energía, la instrumentación para tratamientos médicos y la industria en general.
La República Argentina centra su capacidad industrial nuclear en el diseño y construcción de centrales de uranio natural y agua pesada mediante el funcionamiento de las centrales Atucha I; Atucha II y Embalse, administradas por Nucleoeléctrica Argentina S.A, asimismo tiene capacidad industrial para dominar todo el ciclo del combustible de los reactores nucleares, que incluye la minería de uranio, el enriquecimiento y concentración, reprocesamiento y fabricación de elementos combustibles. En cuanto al complejo industrial estatal nuclear, se mantiene el centro de enriquecimiento de uranio Pilcaniyeu, en Río Negro y la planta de agua pesada (PIAP), ubicada en Neuquén, por otra parte, en Córdoba se encuentra Dioxitek, que produce dióxido de uranio, y en la provincia de Buenos Aires, el Centro Atómico Ezeiza, que posee dos plantas industriales que proveen elementos combustibles y desarrollo científico en tecnología nuclear. Particularmente, el Grupo de Sistemas Digitales de la CNEA de Ezeiza, en 2018 creó el primer tomógrafo PET (Tomografía por Emisión de Positrones) fabricado íntegramente en la Argentina.-
En el marco internacional, solo el 11% de las centrales en el mundo son de tecnología de uranio natural y agua pesada, y solo 2 naciones de ellas poseen autonomía en diseño, construcción (tipo CANDU) y capacidad productiva de agua pesada: la India y la Argentina. Bajo este panorama, Estados Unidos, a través de la Agencia Internacional de Energía Atómica, pretende controlar la producción de uranio mundial, mediante la adhesión al Protocolo Adicional al Tratado de no Proliferación Nuclear, y la supresión de todo proyecto que implique enriquecer uranio inclusive con concentraciones por debajo del 20%, situación que violentaría el desarrollo autónomo de las técnicas e investigaciones nacionales y quebraría el acuerdo estratégico con el Brasil, séptima reserva de uranio a nivel mundial, en el Sistema Común de Control de Materiales Nucleares (SCCC) y la creación de la Agencia Brasileño- Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC), para el uso exclusivamente pacífico de la Energía Nuclear. Por otra parte, y más grave aún, en 2015 se firmó un acuerdo con China, de construcción de un reactor tipo Hualong, central que trabaja con uranio enriquecido, con una inversión de USD 8000 millones, cuya política tiende a desarmar y abortar más de cincuenta años de desarrollo autónomo en tecnología de agua pesada y uranio natural, transfiriendo la inversión hacia un proyecto llave en mano, es decir de tecnología cerrada y antagónica al sistema de tecnología conveniente argentina, contemplando además, la necesidad de importar el combustible para su funcionamiento.-
Por tales motivos desde MLN, creemos en la necesidad de un plan de prioridades de desarrollo, investigación y finalización de proyectos a fin de continuar la línea histórica nuclear nacional, respetando la tecnología conveniente vinculada a las capacidades nacionales. Para ello proponemos: Finalizar la producción del reactor multipropósito RA-10; Recuperar la minería de uranio como material estratégico del Ciclo del Combustible; Iniciar la construcción de la serie de centrales de potencia CANDU 100% nacional; Reactivar la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP); Finalizar la central nucleoeléctrica compacta CAREM prototipo de 32 MW y desarrollar el CAREM industrial de 480 MW de cuatro módulos; Planificar el plan de enriquecimiento de uranio como programa civil de energía y promover la Investigación en el campo de la fusión nuclear y la producción de hidrógeno nuclear.-
La industria del acero es la columna vertebral del proceso de industrialización de toda Nación, en la Argentina las industrias siderúrgicas del Estado tienen una historia de más de doscientos años, hasta que en el período que va de 1976 al día de la fecha, se ha privatizado y desmantelado el complejo de producción de acero nacional.-
Particularmente la empresa del Estado creada por el Gral. Manuel Savio, el 11 de octubre de 1945, Altos Hornos Zapla ubicada en Palpalá, Jujuy, privatizada en 1992 en plena actividad, cuando se extraía hierro de la mina y se producía arrabio. Hoy reducida a una planta de reciclado de chatarra con apenas 300 trabajadores, cuando en 1974 producíamos 250.000 tn/a con 8000 trabajadores.- A su vez parte las 17.000 hectáreas que el Plan Savio destinó a producir carbón se vendió a la empresa Celulosa Argentina S.A. de Douglas Albrecht, Juan Collado y José Urtubey para la producción de papel. Por otra parte la empresa SOMISA emblema y eje del Plan Siderurgico Nacional ha sido privatizada en 1992 a cambio de papeles de la deuda externa por el 10% de su valor al grupo Techint. La planta de Savio inició el ciclo integrado con una capacidad productiva de 632.000 t/a de acero líquido alcanzando las 2.500.000 para 1974. La privatización no aumento la escala productiva, pero sí las exportaciones de acero argentino desabasteciendo el mercado interno por parte de la empresa Tenaris del grupo Techint, que exporta el 80% de los tubos de acero que produce y acumulando ganancias en el paraíso fiscal de Luxemburgo. Hoy se sigue produciendo (pero bajo conducción privada extranjera) con los dos Altos Hornos creados por el General Savio. Por eso debe ser el Estado Empresario Argentino quien ejecute por sí mismo la producción nacional de acero y metales.
El "Plan Siderúrgico Nacional del Siglo XXI" (P.S.N. SXXI) que promueve MLN se presenta en tres etapas que se desarrollarán de forma paralela y tiene por objeto reabastecer de acero a la Nación en el marco de un plan de industrialización centralizada que abarca el período de ocho años de gobierno. El primer paso es de normalización jurídica-institucional, reestableciendo el orden legal que determina la Ley 12.709 y la Ley 12.987, cuya principal definición es la prohibición de exportación de minerales en bruto como el hierro, acero, cobre, aluminio, antimonio, cinc, cromo, níquel, bronce y latón; sumando el litio, lantánidos y actínidos, junto a los combustibles para sus procesos industriales, orientando la producción al pleno abastecimiento de productos semielaborados y terminados para la industria nacional.
La segunda etapa es la creación de la Fábrica Militar de Aceros, bajo la órbita de la Dirección General de Fabricaciones Militares, para ello será necesario la instalación de una planta semi-integrada para producir 600.000 Tn/año de perfiles y barras de acero, mediante una acería integral y producción de palanquilla propia. El proyecto contempla la colada continua de palanquilla de 80 Ton/hora, tren de laminación de perfiles y un horno eléctrico de 110 ton/colada, con una inversión aproximada de U$1500 millones. Para ello, se incluye trabajar de forma mancomunada con las, aproximadamente, 300 Pequeñas y Medianas empresas que componen la Cámara de Industriales Fundidores de la República Argentina para la producción de cobre, plomo, bronce, latón, aleaciones especiales y bonificadas, estableciendo una rígida legislación proteccionista en relación a la importación y prohibiendo la exportación de chatarra en metales ferrosos y no ferrosos.
La tercer y última etapa es la fabricación de un Alto Horno para la producción anual de 350.000 Tn/año de arrabio, laminado en caliente, dos convertidores de oxígeno para 440.000 Tn/año de acero, un laminador para producir 325.000 Tn/año de barras y perfiles livianos y una planta de colada continua de palanquillas y tochos con una inversión aproximada de u$2500 millones, a partir de la movilización de los recursos del mineral de hierro de Sierra Grande y el carbón de Río Turbio.
Nuestra matriz energética primaria presenta un 35% de fuente de petróleo y un 49% de fuente de gas, 11% hidroeléctrica y 5% entre nuclear, renovables y carbón. La demanda interna es de 55 Millones de Toneladas equivalentes de Petróleo, de los cuales, un 30% proviene del transporte, un 25% del sector industrial, 25% residencial y el resto es demanda del sector agropecuario, comercial y gubernamental. Se producen en Argentina, 25 Millones de TEP/año de petróleo (530 mil barriles/día) y 42 Millones TEP/año de gas.
El "Plan Hidrocarburífero Nacional del Siglo XXI" (P.H.N. SXXI) que promovemos, se presenta en tres etapas que se desarrollarán de forma paralela y tiene por objeto aumentar un 35% la oferta interna hasta alcanzar los 74,15 Millones TEP/año de consumo, con el fin de abastecer a la industria nacional en el marco de un plan de industrialización centralizada que abarca el período de ocho años de gobierno.
El primer paso es la normalización jurídico-institucional de la explotación de las cuencas argentinas frente a una YPF privatizada, fachada estatal de negocios privados y contratos de cesión de soberanía a EEUU, Inglaterra y tribunales y organismos subsidiarios como el CIADI. Debemos crear la YPF Sociedad del Estado integrada verticalmente, para la explotación de los recursos hidrocarburíferos argentinos, suministro, distribución y comercialización, reservando los yacimientos para la explotación monopólica de YPF SE, hasta la extinción de la Y.P.F Sociedad Anónima. Las trampas contractuales británicas no deben detener nuestra impronta de Nacionalismo Industrialista de Tercera Posición.
En materia de inversión debemos impulsar: 1) La construcción de una refinería de producción a craqueo, similar a la ubicada en la Ciudad de Berisso, con capacidad para abastecer al mercado de combustibles en 7 millones TEP/año, considerando una inversión de alto capital con grandes beneficios en el margen de refinación, si lo comparamos con una planta equipada con destilación atmosférica como la que tenemos en Plaza Huincul. 2) En materia gasífera, es necesario la construcción del Gasoducto Cordillerano, desde Campo Duran en Salta, hasta Loma de la Lata en Neuquén conectando, por la traza del Ferrocarril Federal Andino, con la Cuenca Austral compartida por Tierra del Fuego y Santa Cruz, puesto que según el Indec, el 40 por ciento de la población argentina no tienen acceso al gas de red. Para tal fin debemos tener como eje los siguientes parámetros: 1.500.000 TEP/año de gas abastecen a 91.250 usuarios residenciales (365.000 habitantes) con una estación reductora de presión cada 300km y una inversión estimada en puestos de trabajo directos (Ind. terminal y pymes) de 450 Trabajadores/10km/año.- Con Ferrocarril y energía el arraigo y poblamiento de la Patagonia Argentina será veloz y constante.
En materia de financiamiento, y a fin de terminar con la política de “Autoabastecimiento” regulada en la Ley 26741 para direccionar la política de hidrocarburos hacia la “Industrialización Nacional”, es necesaria la creación de un “FONDO NACIONAL DE INVERSIÓN DE ENERGÍA” similar a su par noruego, que garantice la asignación directa de recursos para el desarrollo energético de la Nación atado a la política de industrialización sustentada en la producción de acero, minería, metalmecánica y tecnología electrónica y aeroespacial. De esta forma se promueve que el “FONDO” se integre mediante los siguientes recursos: a) Con no menos de cinco centésimos por ciento (0,05%) del Presupuesto de la Nación, b) Con no menos del 5% del total facturado por exportaciones, durante los primeros cinco años de entrada en vigencia la citada ley; y 2% durante los cinco años posteriores, a partir del cual se mantendrá constante, o comenzará un nuevo ciclo, dependiendo del cumplimiento de los objetivos y beneficios a determinar por actividad. REFERENCIA: 1 TEP (tonelada equivalente de petróleo) = 7 barriles de petróleo = 11630 kWh (kilovatios-hora) = 1000 metros cúbicos de gas natural = 3.968e+7 BTU.